Slogan Nro. 3: - "A mayor acceso a la información, más democracia".
La sobreabundancia de información, hiperinformación, no necesariamente contribuye a una sociedad más democrática, más bien puede tener efectos contrarios. En tanto no se reconozca, fortalezca y la ciudadanía revalide y ponga en marcha su derecho a la comunicación y a la libertad de expresión,
incluyendo allí la libertad de expresión vinculada al trabajo de programadores y hackers en lenguaje informático libre, no podremos construir una sociedad más democrática.
La instalación de centros de acceso a internet sin que las personas se apropien realmente de las nuevas tecnologías de información y comunicación no hace más que fomentar el "consumo" de información y NTICs sin que eso necesariamente se traduzca en mayor democratización. Incluso, la instalación acrítica y no planificada de estos puntos de acceso, sin involucramiento pleno de las comunidades destinatarias, puede provocar un fuerte impacto negativo sobre la cultura local.
Por su parte, es claro que el uso de software propietario o privativo no fomenta una real apropiación de las nuevas tecnologías de información y comunicación, en tanto mantiene oculto y jurídicamente inviolable el mecanismo de funcionamiento del sistema, impide compartir las aplicaciones bajo pena judicial y obstaculiza la acción de estudiar y profundizar en la investigación de los sistemas. Sin contar los riesgos de plagar un país de computadoras cuyo control esta absolutamente fuera del alcance de quienes las utilizan y que llegado el
caso responderán las órdenes de quien programó el software y no a sus verdaderos dueños. El control de una computadora siempre, irremediablemente, estará en manos de quien escribe y por tanto domina el software al que responden las máquinas. No hay computadora capaz de negarse a hacer lo que su software le indica, y ese software, en tanto sea privativo y cerrado, será un software desarrollado como caja negra, inviolable, imposible de estudiar y fiscalizar que responderá a la empresa que lo haya desarrollado.
Por otro lado y en paralelo a esta discusión sobre internet, las computadoras y el software, existe todo un cúmulo de tecnologías de comunicación no basadas en Internet que son esenciales para la democratización del conocimiento y la información. En esto, la democratización del espectro radioeléctrico y los medios comunitarios, especialmente las radios, son factores clave de participación ciudadana en el ámbito de las comunicaciones. No en vano, estas cuestiones están fuertemente rezagadas en la agenda de debates sobre la sociedad de la información previstos por el G8.

La instalación de centros de acceso a internet sin que las personas se apropien realmente de las nuevas tecnologías de información y comunicación no hace más que fomentar el "consumo" de información y NTICs sin que eso necesariamente se traduzca en mayor democratización. Incluso, la instalación acrítica y no planificada de estos puntos de acceso, sin involucramiento pleno de las comunidades destinatarias, puede provocar un fuerte impacto negativo sobre la cultura local.
Por su parte, es claro que el uso de software propietario o privativo no fomenta una real apropiación de las nuevas tecnologías de información y comunicación, en tanto mantiene oculto y jurídicamente inviolable el mecanismo de funcionamiento del sistema, impide compartir las aplicaciones bajo pena judicial y obstaculiza la acción de estudiar y profundizar en la investigación de los sistemas. Sin contar los riesgos de plagar un país de computadoras cuyo control esta absolutamente fuera del alcance de quienes las utilizan y que llegado el


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